martes, 31 de mayo de 2011

Trabajos en Word del 27 de Mayo

Belén Bareiro y Gloria D'Alessio.


LA RANA EN EL POZO

E
n una pecera vivía un pez rojo.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a otro pez del Mar del Oeste desde la ventana de su casa –. Cuando salto puedo mirar todo alrededor, consigo comida sin tener que buscarla, y cuando estoy aburrido traen amigos para poder jugar. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo. Ni los cangrejos, ni los renacuajos pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de esta pecera. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que el pez del Mar del Oeste pudiera meter su aleta izquierda en la pecera, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir al pez el océano.
         - Es inmenso y algunos creen que infinito, eres libre de hacer lo que se te plazca y comer lo que tu quieras, si estas aburrido tienes 4 millones de animales que también lo están, y así logras divertirte, vives día a día un desafío, si te acercas a la superficie las olas te chocan y sientes como rompen en tus escamas ,¿quién no desearía ser así y tener todas estas posibilidades? Si quieres te vendré a visitar para que no estés tan aburrido, pero sino tu podes venir conmigo a este paraíso, estas invitado.
         El pez lo pensó por un momento y entonces una sonrisa le broto, unos minutos después ambos peses se encontraban en el Mar del Oeste muy felices.
Zhuang Zi




Camila Valotta y Julieta Mordiero


LA RANA EN EL POZO

EN UN POZO POCO PROFUNDO VIVÍA UNA RANA.
v  ¡MIRA QUÉ BIEN ESTOY AQUÍ! – LE DECÍA A UNA GRAN TORTUGA DEL MAR DEL ESTE –. CUANDO SALGO PUEDO SALTAR ALREDEDOR, SOBRE EL BROCAL, Y CUANDO REGRESO PUEDO DESCANSAR EN LAS HENDIDURAS DE LOS LADRILLOS. PUEDO CHAPALEAR, SACANDO SÓLO LA CABEZA FUERA DEL AGUA, HASTA LLENAR MI CORAZÓN DE GOZO; O ANDAR SOBRE EL LADO SUAVE CON LOS PIES SUMERGIDOS HASTA LOS TOBILLOS. NI LOS CANGREJOS, NI LOS RENACUAJOS PUEDEN COMPARARSE CONMIGO. SOY AMO DEL AGUA Y SEÑOR DE ESTE POZO. ¿QUÉ MÁS PUEDE AMBICIONAR UN SER? ¿POR QUÉ NO VIENES AQUÍ, MÁS A MENUDO, A PASAR UN RATO?
 1)ANTES QUE LA TORTUGA DEL MAR DEL ESTE PUDIERA METER SU PIE IZQUIERDO EN EL POZO, SE ARREPINTIÓ Y DECIDIÓ TIEMPO CON ESA RANA MALA Y PRESUMIDA. LUEGO FUE A BUSCAR A SU MEJOR AMIGA LA MEDUSA MIEL, Y LE CONTO LO SUCEDIDO CON LA RANA. JUNTAS DECIDIERON IR A HABLAR CON LA RANA, PARA PODER AYUDARLA Y HACERLA COMPRENDER QUE LA VIDA NO ES SOLAMENTE EN UN POZO.
  LA RANA AL PRINCIPIO SE ENOJO CON ELLAS Y NO QUISO ESCUCHARLAS, PERO DESPUÉS ACEPTO IR A CONOCER LIBREMENTE LA VIDA EN EL OCÉANO. DESPUÉS DE UNOS DÍAS COMPRENDIÓ QUE ES MEJOR VIVIR CON AMIGOS Y SER LIBRE EN VEZ DE ESTAR SOLA Y ENCERRADA EN UN POZO OBSCURO Y ABURRIDO.

2) EN EL HUECO DE UNA VIEJA ROCA DEL DESIERTO VIVÍA UNA HORMIGA ROJA.
v  ¡MIRA QUE BIEN ESTOY AQUÍ! - LE DECÍA A UN GRAN CAMELLO QUE TRAÍA SOBRE SU LOMO A DOS HOMBRES -. CUANDO SALGO PUEDO PASEAR POR DONDE QUIERA Y AL REGRESAR A CASA PUEDO DESCANSAR Y COMER PORQUE TENGO TODA LA COMIDA ALMACENADA EN MI CASA; NI LOS ESCARABAJO NI LAS SERPIENTES TIENEN TANTA COMODIDAD Y BENEFICIOS COMO YO.  SOY AMO DE LA ARENA Y SEÑOR DE ESTA ROCA. ¿QUÉ MÁS PUEDE AMBICIONAR UN SER? ¿POR QUÉ NO VIENES AQUÍ, MAS A MENUDO, A PASAR UN RATO?

            ANTES QUE EL CAMELLO PUDIERA ARRIMAR SU CABEZA A EL HUECO DE LA ROCA, SIN SABER CÓMO, SE DETUVO Y RETROCEDIÓ; ENTONCES COMENZÓ A DESCRIBIR A LA HORMIGA EL DESIERTO DESDE SU PUNTO DE VISTA.
v  TIENE MÁS DE MIL METROS DE ANCHO Y MÁS DE MIL METROS DE LARGO. A VECES HAY MUCHOS VISITANTES, PERO A LA NOCHE, CUANDO TODO ESTA TRANQUILO, NOS JUNTAMOS CON LAS SERPIENTES Y LOS ESCORPIONES Y DISFRUTAMOS DE COMIDA Y CANCIONES. ESTO SE VIENE REPITIENDO DESDE HACE MUCHOS AÑOS, POR ESO ME ENCANTA VIVIR EN EL DESIERTO.
        LA HORMIGA, EN EL INSIGNIFICANTE HUECO DE LA ROCA, SE QUEDÓ ATOLONDRADA Y SINTIÓ ALGO DE VERGUENZA. 




Fabio Persello

LA RANA EN EL POZO

EN UNA SELVA VIVÍA UN MAPACHE.
- ¡MIRA QUÉ BIEN ESTOY AQUÍ! – LE DECÍA A UN GRAN HIPOPÓTAMO DE TEMAIKEN–. CUANDO SALTO PUEDO SALTAR ALREDEDOR, ALREDEDOR DE MI CASA (LA SELVA), Y CUANDO REGRESO PUEDO DESCANSAR EN MI CUEVA DE LA SELVA. PUEDO JUGAR AL FUTBOL, SALIENDO DE LA SELVA PARA IR A LA CANCHA, HASTA LLENAR MI CORAZÓN DE GOZO; O INVITAR MIS AMIGOS A CASA. NI LAS PERSONAS, NI ALGUNOS ANIMALES PUEDEN COMPARARSE CONMIGO. SOY AMO DE LA SELVA Y SEÑOR DE ESTA CANCHITA. ¿QUÉ MÁS PUEDE AMBICIONAR UN SER? ¿POR QUÉ NO VIENES AQUÍ, MÁS A MENUDO, A PASAR UN RATO?
         Antes que al hipopótamo de la laguna de temaiken pudiera meter su pie izquierdo en la selva, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir al mapache de la selva.
         - no vengo a pasar un rato por aqui porque tengo muy ajustada mi agenda, no puedes pedir nada mas ya que tienes todo lo necesario como una casa, un parque enorme y comida para toda la vida!!




Gonzalo Cinalli

N  N...  La siguiente semana, la rana invito a la tortuga a pasar el día en su pozo y la tortuga, sin poner objeciones, fue a su pozo. Cuando la tortuga entro a su pozo, fueron directamente a la cuevita de la rana. varios minutos después apareció otra rana de color rojo diciendo que se había ido de vacaciones por una semana y que ese era su pozo.
N  La rana verde y la rana roja comenzaron a discutir sobre a quien le pertenecía el pozo. Las ranas empezaron a pelear, y la tortuga las separo y les dijo que podían compartir el estanque pero no le prestaron atención y siguieron peleando.
N  Las ranas terminaron muriendo y la tortuga mirándolas con desgracia marcho al Mar del Este...
N  LA SURICATA EN LA SABANA
N  En la sabana  vivía una suricata.
o    ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran ave del amazonas –. Cuando salgo puedo mirar alrededor, sobre los pastizales, y cuando quiero puedo descansar en las cuevas de arena. Puedo pararme en dos patas tranquilo, sacando sólo la cabeza fuera de la cueva, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el pastizal sin que nadie me moleste. Ni las aves, ni los lagartos hambrientos pueden compararse conmigo. Soy amo de la sabana y señor de esta cueva. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
N  Antes que el ave del amazonas  pudiera meter su pie izquierdo en la cueva, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la suricata el amazonas.
o    Tiene más de mil kilómetros de ancho y más de mil kilómetros de largo. En otros tiempos había crecido árboles nueve años de cada diez; sin embargo, la cantidad de arboles no aumentaba. Después hubo cazadores  siete años de cada ocho, sin embargo, los animales del amazonas  no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en  el amazonas.
N  La suricata, en la cueva insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.
                     J  J


Julieta Bey
·         LA LIEBRE EN EL AGUJERO
·         En un bosque muy primaveral vivía una liebre.
-         ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a un zorro que andaba caminando por allí –. Cuando salgo puedo comer todas las flores que quiera, porque cuando regreso veo que las flores crecieron de nuevo. Puedo brincar, y jugar tan solo al rededor de mi esplendido agujero en el árbol. Ni los pájaros, ni las ardillas pueden compararse conmigo. Soy amo del árbol y señor de este agujero. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
·       Antes que el zorro pudiera meter su pie izquierdo en el agujero, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. se detuvo y RETROCEDIÓ; entonces Comenzó a describir a la liebre el bosque - Tiene más de mil metros de ancho y más de  cien metros de altura. En otros tiempos había flores por nueve años de cada diez; sin embargo, el bosque no se secaba. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, el bosque no se secaba. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el bosque.
·         La liebre, en el agujero insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.
·         Zhuang Zi 




Belisario Garcia Laborde
LA SURICATA EN LA SABANA.

En la sabana  vivía una SURICATA.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran ave del amazonas –. Cuando salgo puedo mirar alrededor, sobre los pastizales, y cuando quiero puedo descansar en las cuevas de arena. Puedo pararme en dos patas tranquilo, sacando sólo la cabeza fuera de la cueva, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el pastizal sin que nadie me moleste. Ni las aves, ni los lagartos hambrientos pueden compararse conmigo. Soy amo de la sabana y señor de esta cueva. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que el ave del amazonas  pudiera meter su pie izquierdo en la cueva, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la suricata el amazonas.
         - Tiene más de mil kilómetros de ancho y más de mil kilómetros de largo. En otros tiempos había crecido árboles nueve años de cada diez; sin embargo, la cantidad de arboles no aumentaba. Después hubo cazadores  siete años de cada ocho, sin embargo, los animales del amazonas  no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en  el amazonas.
         La suricata, en la cueva insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.



 Lucía Griguoli y  Julieta Mordiero

La Oveja De La Granja

En Una Pequeña Granja Vivía Una Oveja.

¡Mira Qué Bien Estoy Aquí! – Le Decía A Un Gran Topo Del Jardín–. Cuando Salgo Puedo Saltar Alrededor, Sobre La Pradera, Y Cuando Regreso Puedo Descansar En Las Hendiduras Dela Alfalfa. Puedo Alimentarme, Sacando Sólo La Cabeza Fuera De La Reja, Hasta Llenar Mi Corazón De Gozo; O Andar Por Los Corrales Sintiendo La Suave Brisa Del Viento Del Este.. Ni Las Hormigas, Ni Los Caballos Pueden Compararse Conmigo. Soy Amo De La Granja Y Señor De Este Corral. ¿Qué Más Puede Ambicionar Un Ser? ¿Por Qué No Vienes Aquí, Más A Menudo, A Pasar Un Rato?


Antes De Que El Topo Del Jardín Pudiera Meter Su Pie Izquierdo En El Corral, Sin Saber Como, Ya Su Pie Derecho Se Había Enganchado Con Algo, Se Detuvo Y Retrocedió; Entonces Comenzó A Describirle A La Oveja Lo Magnifico Que Era El Jardín.

Tiene Mas De 70 Ha En Donde Puedo Andar Libremente Sin Problema Alguno, Disfrutando Del Suave Césped Rosando Mi Pansa. No Tengo Horarios Ni Obligaciones, La Comida Se Encuentra A Pasos De Mi Hogar, Es Gratis Y Deliciosa!

Tu Nunca Podrás Saber Lo Que Es Sentirse Libre, Tanto Presumes Pero Tu Hogar Tan Solo Es Un Pedazo De Madera Al Que Llaman Corral. Por Eso Me Gusta Vivir En El Jardín, Por Que Tengo Lo Que Tu Nunca Tendrás.

La Oveja, En Su Corral Insignificante, Se Quedo Atolondrada Y Sintió Vergüenza


Lola Griguoli Y Juliette Mordiero





José Villalonga y Thomás Diaz Tisoni
LA CUCARACHA EN LA ALCANTARILLA

En una alcantarilla poco profunda vivía una cucaracha.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran mosca del Exterior –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con las patas sumergidas hasta los tobillos. Ni los cocodrilos, ni las ranas pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de esta alcantarilla. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que la mosca pudiera meter su patita izquierda en la alcantarilla, sin saber cómo, ya su patita derecha se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la cucaracha el exterior.
         - Tiene más de mil metros de ancho y más de mil metros de largo. En otros tiempos había humedad nueve años de cada diez; sin embargo, el agua de la alcantarilla no aumentaba. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, el agua de la alcantarilla no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el Exterior.
         La cucaracha, en la alcantarilla insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.
Zhuang Zi





Thomás Diaz Tisoni
LA CUCARACHA EN LA ALCANTARILLA

En una alcantarilla poco profunda vivía una cucaracha.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran mosca del Exterior –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con las patas sumergidas hasta los tobillos. Ni los cocodrilos, ni las ranas pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de esta alcantarilla. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que la mosca pudiera meter su patita izquierda en la alcantarilla, sin saber cómo, ya su patita derecha se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la cucaracha el exterior.
         - Tiene más de mil metros de ancho y más de mil metros de largo. En otros tiempos había humedad nueve años de cada diez; sin embargo, el agua de la alcantarilla no aumentaba. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, el agua de la alcantarilla no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el Exterior.
         La cucaracha, en la alcantarilla insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.
Zhuang  Zi


Thomas Diaz Tisoni





 María Eugenia Varvello
La rana en el pozo

«  En un pozo poco profundo vivía una rana.
-        ¡Mira que bien estoy aquí! – le decía a una gran tortuga del mar del este –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con los pies sumergidos hasta los tobillos. Ni los cangrejos, ni los renacuajos pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de este pozo. ¿qué más puede ambicionar un ser? ¿por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
«  1)luego de que la invitara a pasar más tiempo en el pozo, la rana sin problema asistió. Pronto se encontraba dentro del pozo, aunque le costo un poco llegar; ya que estaba un poco vieja y no se podía mover con facilidad.
«  Cuando bajo se encontró con un lugar enorme, estaba un poco húmedo y tenia algunos huecos con agua; pero lo demás estaba muy bien ordenado, de manera que los pozos pasaban desapercibidos. Después de que la tortuga recorriera todo el pozo, se sentaron  y la rana llevo algo para comer. A la tortuga le llevo un poco de zanahoria y la rana se llevo un plato con un par de bichitos.

«  2)         ¡mira que bien vivo aquí!     Le dijo una estrella de mar a un pez que pasaba nadando por  el océano. Yo vivo debajo de esta roca, es muy cómoda además de segura. Cuando algún pez esta siendo perseguido por un tiburón  yo les ofrezco ayuda y se vienen a esconderse debajo de mi roca. Por eso soy muy conocida  por los peces y todos me conocen por ser la dueña de esta roca. ¿qué más puede ambicionar un ser? ¿por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
«  Antes de que el pez intentara meterse en la roca comenzó a describir el océano.
-        Tiene más de mil metros de ancho y más de mil metros de profundidad. En otros tiempos había inundaciones nueve años de cada diez; sin embargo, el agua del océano no aumentaba. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, el agua del océano no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el mar del este.
-        El pez, en el pozo insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.
 




 José Villalonga


LA RANA EN EL POZO

·         En un pozo poco profundo vivía una rana.
-      ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran tortuga del Mar del Este –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con los pies sumergidos hasta los tobillos. Ni los cangrejos, ni los renacuajos pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de este pozo. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
-            Antes que la tortuga del Mar del Este pudiera meter su pie izquierdo en el pozo, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la rana el océano.
-           Tiene más de mil metros de ancho y más de mil metros de profundidad. En otros tiempos había inundaciones nueve años de cada diez; sin embargo, el agua del océano no aumentaba. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, el agua del océano no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el Mar del Este.
-      La rana, en el pozo insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.
Ø  Zhuang Zi


LA CUCARACHA EN LA ALCANTARILLA
En una alcantarilla poco profunda vivía una cucaracha. ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran mosca del Exterior –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con las patas sumergidas hasta los tobillos. Ni los cocodrilos, ni las ranas pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de esta alcantarilla. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
Antes que la mosca pudiera meter su patita izquierda en la alcantarilla, sin saber cómo, ya su patita derecha se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la cucaracha el exterior.
-TIENE MÁS DE MIL METROS DE ANCHO Y MÁS DE MIL METROS DE LARGO. En Otros Tiempos Había Humedad Nueve Años De Cada Diez; Sin Embargo, El Agua De La Alcantarilla No Aumentaba. Después Hubo Sequía Siete Años De Cada Ocho, Sin Embargo, El Agua De La Alcantarilla No Disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el exterior.
LA CUCARACHA, EN LA ALCANTARILLA INSIGNIFICANTE, SE QUEDÓ ATOLONDRADA Y SINTIÓ ALGO DE VERGÜENZA.
Zhuang Zi





Marcos Wasinger


1) ...  La siguiente semana, la rana invito a la tortuga a pasar el día en su pozo y la tortuga, sin poner objeciones, fue a su pozo. Cuando la tortuga entro a su pozo, fueron directamente a la cuevita de la rana. varios minutos después apareció otra rana de color rojo diciendo que se había ido de vacaciones por una semana y que ese era su pozo.
La rana verde y la rana roja comenzaron a discutir sobre a quien le pertenecía el pozo. Las ranas empezaron a pelear, y la tortuga las separo y les dijo que podían compartir el estanque pero no le prestaron atención y siguieron peleando.
Las ranas terminaron muriendo y la tortuga mirándolas con desgracia marcho al Mar del Este...
2) LA SURICATA EN LA SABANA.

En la sabana  vivía una suricata.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran ave del amazonas –. Cuando salgo puedo mirar alrededor, sobre los pastizales, y cuando quiero puedo descansar en las cuevas de arena. Puedo pararme en dos patas tranquilo, sacando sólo la cabeza fuera de la cueva, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el pastizal sin que nadie me moleste. Ni las aves, ni los lagartos hambrientos pueden compararse conmigo. Soy amo de la sabana y señor de esta cueva. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que el ave del amazonas  pudiera meter su pie izquierdo en la cueva, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la suricata el amazonas.
         - Tiene más de mil kilómetros de ancho y más de mil kilómetros de largo. En otros tiempos había crecido árboles nueve años de cada diez; sin embargo, la cantidad de arboles no aumentaba. Después hubo cazadores  siete años de cada ocho, sin embargo, los animales del amazonas  no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en  el amazonas.
         La suricata, en la cueva insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.








Mauro Dragone
LA RANA EN EL POZO



En un pozo poco profundo vivía una rana.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran tortuga del Mar del Este –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con los pies sumergidos hasta los tobillos. Ni los cangrejos, ni los renacuajos pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de este pozo. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que la tortuga del Mar del Este pudiera meter su pie izquierdo en el pozo, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la rana el océano.
         - Tiene más de mil metros de ancho y más de mil metros de profundidad. En otros tiempos había inundaciones nueve años de cada diez; sin embargo, el agua del océano no aumentaba. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, el agua del océano no disminuía. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el Mar del Este.
         La rana, en el pozo insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.


                                                                                                                                                                                                                                                          Zhuang Zi





Santiago Rusiñol
v El Mapache Que Viva En La Selva

v En Una Selva Vivía Un Mapache.
Ø ¡Mira Qué Bien Estoy Aquí! – Le Decía A Un Gran Hipopótamo De Temaiken–. Cuando Salto Puedo Saltar Alrededor, Alrededor De Mi Casa (La Selva), Y Cuando Regreso Puedo Descansar En Mi Cueva De La Selva. Puedo Jugar Al Futbol, Saliendo De La Selva Para Ir A La Cancha, Hasta Llenar Mi Corazón De Gozo; O Invitar Mis Amigos A Casa. Ni Las Personas, Ni Algunos Animales Pueden Compararse Conmigo. Soy Amo De La Selva Y Señor De Esta Canchita. ¿Qué Más Puede Ambicionar Un Ser? ¿Por Qué No Vienes Aquí, Más A Menudo, A Pasar Un Rato?
Ø Antes Que Al Hipopótamo De La Laguna De Temaiken Pudiera Meter Su Pie Izquierdo En La Selva, Sin Saber Cómo, Ya Su Pie Derecho Se Había Enganchado Con Algo. Se Detuvo Y Retrocedió; Entonces Comenzó A Describir Al Mapache De La Selva.
Ø No Vengo A Pasar Un Rato Por Aquí Porque Tengo Muy Ajustada Mi Agenda, No Puedes Pedir Nada Mas Ya Que Tienes Todo Lo Necesario Como Una Casa, Un Parque Enorme Y Comida Para Toda La Vida!!
JJJJJ



Bautista Blanch

LA RANA EN EL POZO

En un pozo poco profundo vivía un sapo.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran iguana de la selva oeste–. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con los pies sumergidos hasta los tobillos. Ni los cangrejos, ni los renacuajos pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de esta pileta podrida. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         Antes que la iguana de la selva de oeste pudiera meter su pie izquierdo en el pozo, sin saber cómo, ya su pie derecho se había enganchado con algo. Se detuvo y retrocedió; entonces comenzó a describir a la rana el océano.
         - Tiene más de mil metros de ancho. En otros tiempos había inundaciones nueve años de cada diez; sin embargo la selva seguía estable. Después hubo sequía siete años de cada ocho, sin embargo, las palmeras crecían igual. Se ha mantenido igual a través de los años. Por eso me gusta vivir en el Mar del Este.
         La rana, en el pozo insignificante, se quedó atolondrada y sintió algo de vergüenza.




LA RANA EN EL POZO

En un pozo poco profundo vivía una rana.
         - ¡Mira qué bien estoy aquí! – le decía a una gran tortuga del Mar del Este –. Cuando salgo puedo saltar alrededor, sobre el brocal, y cuando regreso puedo descansar en las hendiduras de los ladrillos. Puedo chapalear, sacando sólo la cabeza fuera del agua, hasta llenar mi corazón de gozo; o andar sobre el lado suave con los pies sumergidos hasta los tobillos. Ni los cangrejos, ni los renacuajos pueden compararse conmigo. Soy amo del agua y señor de este pozo. ¿Qué más puede ambicionar un ser? ¿Por qué no vienes aquí, más a menudo, a pasar un rato?
         la tortuga muy enojada le cuenta sinceramente como era su lugar en el que vivía luego baja al pozo se tira arriba de la tortuga sacándole de lugar su piernas y la tortuga murió desangrada.

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